En Las olas, Woolf presenta un grupo de seis amigos cuyas reflexiones, que están más cercanas a los recitativos que a los monólogos interiores propiamente dichos, crean una atmósfera como de olas que es más cercano a un poema en prosa que a una novela con una trama central.1 El «flujo de conciencia» de estos personajes, es decir, la corriente preconsciente de ideas tal como aparece en la mente, se diferencia del lógico y bien trabado monólogo tradicional.