La enseñanza de la parábola está precisamente en renunciar a las ganancias para afrontar la crisis presente y poder entrar al Reino de Dios.Los cristianos podríamos ayudar al necesitado con una limosna y así poder distribuir los bienes de Dios, verdadero dueño de nuestras cosas.Estas limosnas serán los amigos que nos reciban en el cielo.La limosna y el oerdón son nuestra mejor carta de presentación.