Después de Kant, el pensamiento europeo no sigue la línea trazada consecuentemente por el criticismo hasta finales del siglo XIX con Marx y Nietzsche. La denominada Filosofía de la sospecha es un acontecimiento inevitable aunque postergado por el idealismo alemán. En esta corriente de pensamiento crítico, Theodor Adorno llega al máximo esplendor con la Dialéctica negativa. Es a partir de entonces cuando tiene sentido esta obra: la negatividad del absoluto es reemplazada por la afirmación en el abismo.