El liderazgo espiritual no es un título que uno se otorga a sí mismo; es un llamado divino, un llamado susurrado por los vientos de la gracia de Dios. Es una profunda invitación a una vida de servicio, una trayectoria marcada por la humildad, la obediencia y una fe inquebrantable. Comprender este llamado es la piedra angular de un liderazgo espiritual eficaz, y la Biblia rebosa de ejemplos que ilustran su naturaleza y exigencias. Para comprender verdaderamente la importancia y el privilegio de tal llamado, debemos profundizar en las Escrituras, examinando las vidas de quienes respondieron al llamado de Dios y de quienes no escucharon su voz.