La vida de un muchacho malagueño de la época de la postguerra se muestra positiva y alegre a pesar de los altibajos económicos y sentimentales. Su amor por el futuro es una constante en su vida que contagia de esperanza a los que tiene cerca pero su carácter intransigente es la otra cara de la moneda. Sus logros son sus edificaciones y su familia que perdurarán por siempre aunque abandone la vida con las manos vacías y ligero de equipaje. Positividad y esperanza por el futuro son sus señas de identidad.