Dímelo y lo olvido; Enséñamelo y lo recuerdo; Déjame hacerlo y lo retengo. (Confucio).Este dicho de Confucio explica la intención sencilla de estos textos. Es el evangelio hecho vida son la sencillez de los niños. Es el lenguaje de la vida que no necesita muchas explicaciones intelectuales sino más bien el adherirse con la actitud de quien quiere aprender con la propia vida, con los propios hechos. Es una herramienta para educar en valores positivos que impregnan toda la vida. En cada página, junto a una frase de la Biblia, encontramos los "tesoros" de niños y niñas de todo el mundo, recogidos en estos años gracias también a la colaboración de sus familias. Y como es vida no está acabada. Estas páginas son solo el inicio y la invitación de muchas más páginas que podemos llenar con la tinta y la historia de cada persona.