El jardín de las delicias es un delicioso jardín de narraciones y artículos periodísticos abonado con curiosidad intelectual y amor por la cultura. Leer no está bien visto en nuestro país; es como formar parte de una secta. Leer es de friquis canijos y granujientos con gafas de culo de vaso. La gente que mola no tiene tiempo para leer... Si alguna vez os habéis sentido tan marcianos como yo misma por vuestros gustos y aficiones, ¡este libro es para vosotros, pedantes sin remisión!